En varias culturas es la señal del cruce entre los dos grandes valores antagónicos de la existencia humana: la materia, el tiempo, la limitación –representados por su eje horizontal-, y el espíritu, el espacio, la libertad –representados por su eje vertical-. Símbolo de la religión cristiana, se representa en cientos de formas, incluyendo a menudo la crucifixión de Jesús, su sufrimiento redentor.