Residencia de los dioses y las almas puras tras la muerte del cuerpo. Se ha dicho que el azul es el velo con el cual la divinidad cubre su rostro, las nubes son sus vestiduras, la luz es el óleo con que unge su cuerpo infinito y las estrellas son sus ojos. Para los católicos, es el lugar donde los bienaventurados serán eternamente felices, viendo a Dios tal cual es.